La comunicación no conlleva comprensión. La información, si es bien transmitida y comprendida, conlleva inteligibilidad, primera condición necesaria para la comprensión, pero no suficiente.

Edgar Morin

martes, 26 de enero de 2010

SUMA Y SIGUE


La sección de sucesos en los periódicos es una de mis favoritas, no por su calidad e interés público, sino porque resulta divertido ver cómo los propios seres humanos construimos nuestro tiempo


Al igual que sucede con la violencia de género y los estereotipos de hombre y mujer, en los medios de comunicación el tratamiento informativo de la inmigración se hace mal e incompleto. Ser inmigrante es una situación, no un rasgo de personalidad, como se deriva de la lectura de la noticia de ABC. Y es que seguimos encontrando en los medios discriminación positiva o negativa a este colectivo (al igual que pasa con las mujeres). Tanto una discriminación como otra, desde mi punto de vista, son igualmente perjudiciales puesto que se eleva o devalúa a una colectivo por ser vulnerable, es decir, por no estar en igualdad de condiciones que los demás colectivos.

Pero seguimos viendo cómo se siguen fomentando los estereotipos del inmigrante que viene a quitar el trabajo, es delincuente y encima, drogadicto. Si los estereotipos sociales tienen que ser usados a la fuerza en los medios (cosa de la que discrepo) por la falta de tiempo para contextualizar, explicar y profundizar, y para aumentar la efectividad el mensaje, al menos, deben tratarse con el mayor de los cuidados, puesto que no somos conscientes del impacto que pueden tener en la mente de los lectores. De este modo, creamos el imaginario de la audiencia sobre el mundo, ése es el principal papel de los medios, construir el mundo bajo un discurso determinado (que al final será según dicten los accionistas y sus intereses).

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